El contexto internacional y regional «se estaría alineando de un modo relativamente positivo para la Argentina», pero para que las empresas puedan «aprovecharlo» deben contar con «mayor flexibilidad desde el lado productivo y financiero», según un análisis privado.

La Fundación Mediterránea evaluó que si bien el 2020 no será «el más dinámico en términos del crecimiento del PIB mundial», apunta a ser «el año de mayor equilibrio entre las variables relevantes del contexto global para un país como la Argentina».

En ese sentido, consideró: «El contexto internacional y regional se estaría alineando de un modo relativamente positivo para la Argentina, aunque es cierto que para aprovecharlo las empresas necesitan mayor flexibilidad desde el lado productivo y financiero».

«Será un test para el nuevo esquema cambiario y de comercio exterior, que parece haber sido diseñado con un enfoque más bien defensivo, empeorando el sesgo anti-exportaciones», apuntó.

Afirmó que también será una prueba para «la reestructuración de la deuda» dado que «eventuales demoras complicarán la capacidad de las empresas locales de salir a competir al mundo».

El texto de la entidad sostuvo que se debe «recordar que entre 2017 y 2018, las tasas de interés subieron en el mundo», al tiempo que puntualizó: «En 2019, el comercio mundial se estancó, como derivación directa de la pulseada entre Estados Unidos y China».

«Así, en 2020 el comercio mundial se estará recuperando (un 2,7 por ciento según la OMC), y no habría amenazas visibles del lado de las condiciones financieras», estimó.

En tanto, se refirió a Brasil, socio comercial clave del país, y aseguró que entre 2015 y 2019 «resultó un lastre para las posibilidades de crecimiento de la Argentina, por lo que un cambio en su trayectoria sería de gran relevancia».

«Tras un magro 1,2% de crecimiento del PIB en 2019, para 2020 las proyecciones fluctúan entre 2,2 y 2,5%, que ya tendría impacto perceptible sobre su dinámica de importaciones», indicó.