El equipo descubrió que T-bet es un interruptor esencial que permite a las células T estimular la producción de anticuerpos en respuesta a infecciones virales.

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(Europa Press) Investigadores del Instituto Walter y Eliza Hall (EE.UU.) identificaron un interruptor molecular que afecta las respuestas inmunes a las infecciones virales, además de concluir que el sistema inmune protege contra diferentes virus a través de distintas vías, lo que puede conducir a mejores estrategias para desarrollar vacunas para virus que antes eran difíciles de prevenir.

Los científicos identificaron que la proteína T-bet, una proteína reguladora o factor de transcripción que orquesta una respuesta inflamatoria del sistema inmune, determina cómo responde el sistema inmunitario a las infecciones virales. La investigación fue publicada en la revista ‘Cell Reports’.

La investigación mostró que T-bet permite a las células T inmunes distinguir entre diferentes infecciones virales, controlando si se producen o no anticuerpos protectores, un componente esencial de la inmunidad de larga duración a los virus. Se cree que este descubrimiento podría apuntalar el desarrollo de mejores vacunas para prevenir enfermedades virales.

“Las células T inmunes son críticas para coordinar respuestas inmunes específicas, reclutar otras células y dirigir cómo respondemos a diferentes microbios, como bacterias, hongos o virus”, explicó Amania Sheikh, estudiante de doctorado en la división de Inmunología y el Centro de Imágenes Dinámicas del Instituto Walter y Eliza Hall.

Los anticuerpos son proteínas de larga duración que se pueden producir después de una infección. Se unen específicamente a otras proteínas, como las de la superficie de un microbio, y son importantes para proteger al cuerpo contra las infecciones repetidas por el mismo microbio.

“Sabíamos que la proteína T-bet era importante para la función de muchas células inmunes, y queríamos entender su papel en un subconjunto de células T inmunes que ayudan en la formación de anticuerpos protectores”.

El equipo descubrió que T-bet es un interruptor esencial que permite a las células T estimular la producción de anticuerpos en respuesta a infecciones virales.

“El nivel de T-bet en las células T está influenciado por factores como la forma en que un virus ingresa al cuerpo y la cantidad de inflamación que desencadena en sus primeras etapas. Esto a su vez influye en la respuesta inmune al virus”.

Los investigadores exploraron el papel de este elemento en el sistema inmune y observaron cómo éste podía distinguir entre las diferentes infecciones virales y responder de distintas maneras. Para ello, compararon el papel del interruptor T-bet en las respuestas inmunes a dos virus, influenza y LCMV.

“Se cree que estos virus activan células inmunes similares, sin embargo, demostramos que cambios específicos entre las respuestas podrían conducir a cantidades muy diferentes de anticuerpos protectores”. Así, demostraron que T-bet fue “fundamental para escalar la cantidad de producción de anticuerpos que se produjo en respuesta a una infección viral “.

Los hallazgos podrían apuntalar el desarrollo de vacunas más efectivas contra virus, ya que, como explican los investigadores, la mayoría de las vacunas actuales contra las enfermedades infecciosas dependen de la producción de anticuerpos robustos y de larga duración.

“Si podemos entender los desencadenantes precisos que controlan la cantidad de anticuerpos producidos en respuesta a una infección, deberíamos ser capaces de desarrollar vacunas que actúen de manera similar para estimular la producción de anticuerpos protectores”, señala la doctora Joanna Groom, jefa de laboratorio en la División de Inmunología del Instituto Walter y Eliza Hall e investigadora principal del estudio.