A miles de kilómetros de la Argentina, la interna del Frente de Todos tomó protagonismo dentro de la gira del presidente Alberto Fernández en Europa, aunque desde el Gobierno buscan calmar las aguas y afirman que «no es un problema de tensión sino de es fijar posiciones» dentro de la coalición gobernante.

Luego de que Alberto Fernández aseguró este martes que la vicepresidenta Cristina Kirchner tiene «una mirada parcial», que desatiende que la Argentina vivió una pandemia, dentro de la comitiva presidencial ratifican la posición de la ex mandataria respecto de que la coalición gobernante se encuentra «en medio de un debate» y desdramatizan la falta de una reunión entre los máximos dirigentes del espacio.

En ese marco, destacaron que el Presidente y la vicepresidenta dicen lo que piensan y subrayaron: «No es un problema de tensión, es un problema de fijar posiciones. El día viernes (en Chaco) Cristina no hizo una sola referencia al acuerdo con el FMI. Eso significa que es un tema terminado. Lo tomo como un gesto bueno».

No obstante, ratificaron que la ex mandataria realiza una lectura parcial de lo que sucede en la Argentina en materia económica, tal como indicó Alberto Fernández durante una entrevista con el diario español El País, pero consideraron que la calificación del Presidente respecto del análisis de Cristina Kirchner no es para descalificarla.

Al respecto, consideraron que a la economía hay que ponerle «sentido común», y argumentaron: «El sentido común desaparece si querés llevar adelante un programa que use 4 puntos del PBI para sostener subsidios para pagarle (tarifas) a los ricos. El sentido común desaparece en la economía si querés convivir con 3 o 4 puntos de déficit fiscal».

Además, explicaron que el FMI buscaba imponer una «mayor reducción del déficit por subsidios y del déficit fiscal», pero el Ejecutivo discutió eso y planteó que era un punto a corregir «de a poco corrigiendo con sensatez».

En ese marco, sostienen que al jefe de Estado no lo «perturba» la interna oficialista, ya que «el plan de vuelo no incluye una pelea con el frente, sino que habla de debate abierto».

En esa línea, desde el entorno de Fernández afirman que «no pasa nada con Cristina», y le restan dramatismo a las críticas que realizó la vicepresidenta: «Cristina es igual que siempre. Parece que descubrieron una Cristina que nadie esperaba, pero Cristina es la misma de siempre».

«La política es un juego de tensión siempre. Este es un escenario normal, absolutamente normal. Por ahí dentro de un mes dicen (desde el kirchnerismo) que estaba equivocados, que la Argentina crece», analizaron.

Además, indicaron que el jefe de Estado tiene un gran respeto por la vicepresidenta, pero no piensan igual en todos los temas, y aseguraron que actualmente existe en el Frente de Todos una mesa para debatir decisiones, aunque el Presidente no aceptará que le impongan nada.

Respecto del problema inflacionario, afirman que es algo que le «preocupa» al jefe de Estado, y completaron: «La inflación este mes tendría que estar un poco más baja que el 6,7% de marzo. La inflación es el peor problema que tenemos».

A pesar de los cruces internos que existen en la coalición gobernante, desde la comitiva presidencial no creen que en el Congreso de la Nación haya quienes quieran «desestabilizar al Gobierno», y reconocieron que Alberto Fernández y Cristina Kirchner tienen «miradas distintas sobre algunas cosas de la economía».

En ese punto, consideraron que ambos dirigentes tienen un mismo modelo de país, aunque el problema radica en que quieren llegar a lo mismo desde diferentes caminos.

En cuanto a la creación del Frente de Todos, indicaron que «no estaba planteado en términos de coalición» sino que fue planteado en términos de la necesidad de unirse con cada dirigente aportando lo suyo.

«Hacia falta alguien que tuviera todas las puertas abiertas y sintetizara al conjunto», analizaron respecto de la designación del candidato presidencial del Frente de Todos en 2019.

En cuanto a las elecciones de 2023, refutaron la idea de que el Frente de Todos no tenga posibilidades de ganar los comicios presidenciales, y precisaron: «En las encuestas presenciales del país estamos competitivos».

«Durante mucho tiempo nos entendimos (con el kirchnerismo) y el punto de crisis fue el Fondo. No querían firmar el acuerdo con el FMI porque se sentían incómodos con la firma, pero nunca dijeron qué querían», subrayaron.

Dentro de las preocupaciones principales incluyeron la posibilidad de que la Argentina no tenga dólares para comprar los insumos importados para la industria, y detallaron: «Esto puede ocurrir entre agosto y septiembre. Ese cuello de botella es el que tenemos que evitar. Ya estamos trabajando en eso. Hay que hacer varias cosas como conseguir recursos para financiar eso».

Respecto del subsidio de tarifas, explicaron que es necesario avanzar en la segmentación, dado que «el sentido común dice que no puede ser» que se siga con el mecanismo actual.

«Van a tener que explicar por qué votaron una ley que decía que las tarifas no podían aumentar más que el coeficiente salarial y no votan unas tarifas que dicen que las tarifas no pueden aumentar más que el 80% del coeficiente. El proyecto es mejor que lo que votaron, es más favorable a la gente. Fue una ley que votó el Frente de Todos», apuntaron.

En ese sentido, explicaron que las audiencias para actualizar las tarifas eléctricas «no son vinculantes», y advierten: «Esta sí es una decisión política y si alguien no puede tomar la decisión política, no podrá seguir en el Gobierno. No creo que haya problemas porque es una decisión que ya tomamos».

Quien debe firmar la reestructuración final de las tarifas es la titular del ENRE, Soledad Marín, una funcionaria que responde a el subsecretario de Energía, Federico Basualdo.

Además, indicaron que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, le anticipó al jefe de Estado que en tres semanas el Congreso de la Nación tendría aprobadas las leyes productivas que impulsó el Ejecutivo nacional.

Por último, dieron el visto bueno al número de paritarias que están cerrando los distintos gremios, y argumentaron: «Cuanto antes se recupere el salario, mejor».