La Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (FeMPINRA) expresó hoy su «solidaridad» con la medida de fuerza que llevan adelante los trabajadores pesqueros del SOMU, tras no llegar a un acuerdo con las cámaras empresarias del sector, que habían denunciado que por esa huelga se debieron «tirar a la basura 500 mil kilos de langostinos».

«La FeMPINRA expresa toda su solidaridad con los marítimos nucleados en el SOMU, quienes están enfrentando la ofensiva de los empresarios pesqueros que pretenden rebajar salarios», sostuvo Juan Carlos Schmid, titular de la entidad que agrupa a los distintos sindicatos con actividad portuaria.

El dirigente recalcó que «los empresarios realizaron la semana pasada un lockout patronal ante la negativa de los tripulantes de aceptar modificaciones en el porcentual de captura».

«Es necesario que se pueda encontrar un punto de acuerdo y para eso el Estado debe intervenir, para no paralizar un sector esencial generador de divisas y que no detuvo en ningún momento su producción durante la pandemia», agregó el también secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).

Y, en un comunicado, Schmid agregó: «Sin pesca, el cuadro de una economía golpeada se agravará, y sin tripulantes tampoco podrá haber flota, por lo que llamamos a las autoridades a que actúen evitando una situación de mayor conflicto».

El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) lleva adelante una medida de fuerza en buques congeladores y fresqueros por tiempo indeterminado desde el pasado 6 de julio, al denunciar que las cámaras empresarias decidieron «aumentar los márgenes de ganancia disminuyendo salarios y reduciendo en un 40% los valores establecidos para producción en congeladores».

Por su parte, las cámaras CAPeCA, CAPIP y CEPA advirtieron que el bloqueo que realizó el SOMU a plantas de procesamiento en Puerto Madryn ya provocó que se «tiraran a la basura 500.000 kilos de langostinos» que iban exportarse.

Las empresas indicaron que «la respuesta a la situación del langostino debe ser más diálogo, una mayor responsabilidad y compromiso, y no actitudes que intentan promover el caos social, desabastecimiento y alimento que se desperdicia».