La UCR bonaerense realizó hoy sus elecciones internas y hay expectativa por el resultado de la pulseada entre el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y el diputado provincial Maximiliano Abad, que además de definir la nueva presidencia del partido será clave para el armado opositor de cara a 2023.

Posse desafía a la actual conducción del radicalismo bonaerense con el apoyo del senador Martín Lousteau, y dirigentes históricos como Enrique «Coti» Nosiglia y Federico Storani, mientras que Abad representa al oficialismo partidario y tiene el respaldo de figuras nacionales como el diputado Mario Negri, el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y el referente Ernesto Sanz.

Los comicios cerraron a las 18:00 con una participación de los afiliados más alta de la esperada, un dato que reflejó la importancia que fue tomando con el correr de los últimos meses la pelea por el radicalismo bonaerense, debido a la discusión de fondo: el rol del radicalismo en el armado nacional de Juntos por el Cambio.

«Felicitaciones radicales por la gran participación en estas elecciones!!! Una jornada épica en donde la UCR demostró que es protagonista y que va a ser líder otra vez», expresó Posse a través de Twitter tras el cierre de las urnas.

Por su parte, Abad manifestó: «Estamos muy felices y queremos agradecer por la impresionante participación que hemos tenido hoy. Más de 100 mil afiliados se acercaron a votar, lo que nos llena de alegría y entusiasmo, y muestra que este es el momento del radicalismo».

También Lousteau se expresó al finalizar la votación, con una felicitación a la lista Protagonismo Radical, de Posse, y señaló: «Somos cada vez más los que queremos otra UCR.

Aguardamos los resultados con responsabilidad, expectativa y con la certeza que la #Evolución está en marcha».

Mientras el escrutinio avanzaba, en los dos bunker mostraban cautela frente a los números y niveles similares de entusiasmo, según pudo corroborar NA con fuentes de los dos sectores.

Además de definir la nueva conducción, la UCR bonaerense elige a los delegados al Comité Nacional del partido, que deberá elegir al nuevo presidente del partido en diciembre, y a la Convención Nacional, encargada de avalar la política de alianzas y, por lo tanto, un órgano clave para 2023.

Si bien ambos sectores en pugna coinciden en que el radicalismo se mantenga dentro de Juntos por el Cambio, difieren en la táctica con la cual se sentarán a la mesa de negociaciones con el PRO y por ello la conducción nacional del partido y las mayorías y minorías en la Convención podrían ser determinantes.

Mientras que el ala de Posse y Lousteau acusa a la conducción actual de haber sido «sumisa y servil» con el PRO durante los cuatro años de gobierno de Juntos por el Cambio, Abad, Negri y Morales destacan que el radicalismo fue ganando lugares que no tenía en legislaturas, intendencias y provincias de todo el país.

De un lado, Posse busca conducir el rumbo en la provincia y posicionar a Lousteau como candidato presidencial para 2023 -lo llama «el dirigente más disruptivo de la actualidad»- aunque el senador mantiene la mira en la Ciudad de Buenos Aires.

Del otro, sospechan que la intención de ese sector es controlar la Convención para negociar en 2023 una eventual candidatura a jefe de Gobierno de Lousteau por el apoyo al proyecto presidencial de Horacio Rodríguez Larreta, mientras muestran a Morales como otro posible competidor la Casa Rosada y se esperanzan con la figura de Facundo Manes, cuyo hermano Gastón es candidato a convencional en la lista de Abad.

Ninguno de los dos sectores hace críticas altisonantes al PRO (de hecho, Posse aseguró a NA que no tiene «reproches» al partido amarillo, sino a la conducción radical) pero el ala bonaerense con de esa fuerza política, con María Eugenia Vidal a la cabeza, tiene más afinidad con Abad, jefe de los diputados provinciales de Juntos por el Cambio.