La Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA) dispuso hoy la continuidad de la medida de fuerza que llevan a cabo en puertos granarios de todo el país de forma conjunta con los trabajadores aceiteros desde hace 15 días en rechazo a la «negativa de las empresas agroexportadoras que se niegan a completar la paritaria 2020 y dar un aumento digno para 2021».

El sindicato que conduce Pablo Palacio afirmó que «continúan sin recibir propuestas serias dignas de ser analizadas», luego de rechazar el ofrecimiento efectuado el martes por la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y el Centro Exportador de Cereales (CEC).

En un comunicado conjunto titulado «Navidad en huelga» los gremios denunciaron que la parte empresaria está buscando «disciplinar a los trabajadores y conjuntamente enviar un mensaje para el resto del empresariado y la clase trabajadora».

«La reactivación económica que se espera para el 2021 se la quedarán las empresas, en este caso tres o cuatro vivos que forman un oligopolio, y la salida de la pandemia tan esperada no traerá alivio para las familias que viven de su trabajo, sino que irá a engrosar las ganancias del capital concentrado», remarcaron.

Además, resaltaron la intención empresaria de «extorsionar al Gobierno Nacional, e inclusive desestabilizarlo».

«No sólo buscan la aprobación de su proyecto de ley presentado por el Consejo Agroindustrial que ellos mismos crearon y presiden, que implica nuevas rebajas de retenciones para las agroexportadoras y otros beneficios fiscales, sino que al no liquidar divisas continúan apostando a una nueva devaluación del peso argentino que también redundaría en una nueva recomposición de sus extraordinarias ganancias», remarcaron.

La medida de fuerza que lleva a cabo URGARA junto con el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA), que lidera Pablo Reguera, y la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), encabezada por Daniel Yofra, afecta a la totalidad de puertos agroexportadores del país de las empresas Cargill, Bunge, ADM, Dreyfus, Glencore, COFCO, Terminal 6, Molinos Río de La Plata y Aceitera General Deheza (AGD).

También perjudica a las plantas que proveen el mercado interno, todas empresas agrupadas en la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y en la Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPCC).

El frente gremial rechazó la propuesta presentada el martes por la parte empresaria, tras señalar que «el aumento que proponen a los aceiteros -que no recompone el salario del 2020 y se escalona hasta dentro de 8 meses- sería ´no remunerativo´».

«Esto quiere decir que las empresas que más ganan no piensan pagar las cargas y contribuciones patronales correspondientes, desfinanciando al Estado nacional en un momento crítico como el que atravesamos desde la llegada de la pandemia. La quieren todas para ellos», precisaron.

Asimismo, añadieron: «Los trabajadores y trabajadoras, nuestras familias, pasaremos la navidad en la huelga, única herramienta de la clase trabajadora para lograr sus objetivos, defendiendo lo que nos llevó años conseguir: un salario que cubra nuestras necesidades y que nos permita una vida digna».

Por último, sostuvieron: «Algunos pueden creer que estamos solos, librados a nuestra suerte. ¡Que sepan que estamos decididos a llegar hasta el fin, y contamos con algo que desconocen las patronales: la solidaridad obrera!».

Las cámaras Ciara y CEC presentaron el martes una nueva propuesta salarial a los gremios aceiteros, con la que confiaban en que se podía solucionar la extensa huelga que paraliza agroindustrias y terminales portuarias.

La propuesta incluía la revisión del 2020, el bono anual, el bono excepcional por la pandemia y el incremento salarial del 2021, informaron las entidades empresarias a través de sus redes sociales.

Para destrabar el conflicto, las cámaras propusieron que la revisión del año en curso por dos meses sea del 10% (4% en noviembre y 6% en diciembre) que se abonará como suma fija no remunerativa pero que pasaría al básico a partir de enero 2021.

Para 2021, se propuso 25% en tres tramos hasta mediados de año: un 13% a abonarse en enero; un 6% a pagarse en abril; y el tercer tramo del 6% que será reconocido en julio.

«Los incrementos son no remunerativos con impacto en adicionales y horas extras. Se suma al básico el incremento anterior tras cada aumento», dijeron las entidades empresarias.

También la propuesta incluía un bono anual: para los que trabajaron, al salario del 2019 se lo actualizaría por pauta salarial (35%); y para los que no trabajaron por la pandemia se actualiza en un 80% del valor antes mencionado.

Además se propuso un bono por la pandemia (por única vez, no remunerativo) de 60.000 pesos en cuotas mensuales.

Sin embargo, el ofrecimiento fue rechazado por los sindicatos, que habían reclamado un bono de 70.000 pesos y otro por la pandemia de 100.000 pesos.