La Selección argentina logró, hace poco más de seis meses, lo máximo que se puede conseguir en el fútbol: se consagró en la Copa del Mundo de Qatar 2022 con el plus de que que el astro Lionel Messi obtuvo el único trofeo que le faltaba a su impresionante carrera.

Por Federico Giannetti.

La frase «dormirse en los laureles» se utiliza cuando existe una relajación o cuando merman los esfuerzos luego de haber conseguido el éxito. Por eso, el mayor peligro para los equipos campeones es, justamente, dormirse en los laureles.

No obstante, la Selección comandada por Lionel Scaloni dejó en claro, rápidamente, que ese riesgo no aparece en el horizonte. Ni la seguidilla de celebraciones, con su pico máximo en Qatar, le quitó el hambre al conjunto albiceleste, que juega cada amistoso como si fuese aquella inolvidable y emocionante final ante Francia.

«Recuerdos vamos a tener para toda la vida, son imborrables.
Pero, en mi caso y en el de mi cuerpo técnico, estamos pensando en lo que viene, en seguir porque el fútbol sigue. La Selección Argentina sigue y tiene que seguir compitiendo», expresó Scaloni horas antes de vencer a Australia en un partido amistoso que de amistoso tuvo poco para él y sus dirigidos.

Y agregó: «Es la alegría más grande de nuestras vidas, pero no estamos pensando diariamente en el campeonato del mundo. Eso hace bien para mantener la atención en lo que viene, que va a ser muy difícil».

La línea que baja desde la cabeza del seleccionado es clara: seguir. No hay Copa América, Finalissima o Mundial que valga para quedarse con lo ganado. El objetivo es ir por más y así lo demuestra el equipo en cada compromiso posterior a la conquista en Qatar, pese a que aún no volvió a jugar por los puntos.

Argentina tiene un técnico centrado, que está decidido a no permitir que los jugadores entreguen menos que el máximo. Lo repite casi como un mantra, porque sabe del riesgo y no está dispuesto a abrirle la puerta a una posible relajación.

En la misma línea se expresa el capitán, una y otra vez: «Empieza un ciclo nuevo y no nos podemos quedar con lo que conseguimos», remarcó Messi después de vencer a Australia.

De esta manera, la Selección se encuentra a kilómetros de su techo, tanto en calidad

como en ambición. Y no quedan dudas: la Argentina de Scaloni va a competir siempre como merece la camiseta celeste y blanca. Ante cualquier rival. Con o sin renovación de nombres. Con Messi en el Barcelona, PSG o Inter Miami. O incluso sin Messi, cuando llegue ese doloroso momento.