Cuando el artista bonaerense Ernesto Soto Avendaño empezó a crear su estatua dedicada al trabajo no pensó en un hombre de traje y corbata, bien aseado y pulcro. Por el contrario, se inspiró en aquel que dejaba el sudor en cada jornada laboral por una paga muy inferior a la merecida. Es por ello que la figura central de su obra resultó ser un hombre en plena faena, con los músculos tensos y el rostro surcado por el esfuerzo, una imagen poderosa y realista que transmite la fuerza y la dignidad del trabajo.

El Monumento al Trabajo está ubicado en la Plaza Primero de Mayo, en el barrio de Balvanera, uno de los pocos espacios verdes de la zona, delimitado por las calles Adolfo Alsina, Pichincha, Avenida Hipólito Yirigoyen y Pasco. Allí, la obra convive con el Mástil Monumento a la Patria, juegos infantiles y una canchita de papi fútbol.

Soto Avendaño, reconocido por su compromiso social y su capacidad para plasmar en sus obras los valores de la comunidad, eligió el bronce como material para este monumento, con el objetivo de conferirle una durabilidad y solidez a la altura de la temática. El monumento, creado en 1921, ganó el Primer Premio en el Salón Nacional y luego fue adquirido por el Consejo Deliberante para ser emplazado donde todavía está hoy.

Ese año ocurrió en Entre Ríos un suceso clave en la historia argentina. El 1° de mayo, los trabajadores que estaban celebrando el Día Internacional de los Trabajadores en la Plaza Independencia (actual Plaza San Martín) de la ciudad de Gualeguaychú fueron atacados por los dirigentes patronales locales con sus grupos de choque de la Liga Patriótica Argentina. Al menos 13 personas murieron y varios resultaron heridos. Dos años antes, el grupo facista y antisindical, pero liberal en lo económico, había derramado la sangre de cientos de trabajadores en lo que se conoció como la Semana Trágica, que se desató tras la huelga en la empresa metalúrgica Talleres Vasena.

fuente: NA