INTI ofrece a las pymes su sistema de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva
- 8 julio, 2019
- 0
El libre comercio entre el Mercosur y la Comunidad Europea demanda flexibilidad, vinculación público-privada y agilidad para aprovechar las oportunidades. En este contexto, el INTI asume un rol estratégico a través de una metodología que permite identificar los últimos avances en el desarrollo de los diferentes sectores industriales. |
El Tratado de Libre Comercio con la Comunidad Europea abre un nuevo escenario para las pymes de nuestro país. Con un mercado potencial de 800 millones de personas y un intercambio comercial que se verá potenciado en los próximos años, es vital para los diferentes sectores industriales conocer cuáles son las oportunidades que surgirán, cómo aprovecharlas y qué deberían mejorar, cambiar o adaptar para sacar el máximo provecho posible a la nueva coyuntura, que nos acompañará de aquí en más. El presidente del INTI y vicepresidente de la Research International Network (RIN) dependiente de Organizaciones Europeas para la Investigación y Tecnología (EARTO), Javier Ibañez, manifiesta: “Desde el INTI hemos puesto fuerte foco en las pymes en los últimos años, con soporte, vinculación y transferencia de desarrollos tecnológicos para hacerlas más innovadoras y competitivas, por lo que este acuerdo nos encuentra bien posicionados para dar el siguiente paso”. Ibáñez afirma que “existen tres pilares sobre los que debe apoyarse una pyme que desee sacar el máximo provecho del nuevo acuerdo comercial: calidad, productividad e innovación. Si algunos de estos tres pilares no están desarrollados, es buen momento para comenzar a trabajar en ello”. |
«Existen tres pilares sobre los que debe apoyarse una pyme que desee sacar el máximo provecho del nuevo acuerdo comercial: calidad, productividad e innovación», destaca el presidente del INTI, Javier Ibañez. |
La calidad es una variable imprescindible para poder intercambiar bienes con estos nuevos mercados. Esto se debe a que existen regulaciones que definen estándares mínimos que aplican a los productos que exportamos para acceder a la Comunidad Europea, pero también a aquellos que son importados a nuestro país. En particular nuestras pymes deben trabajar con sistemas que aseguren la calidad y confiabilidad a sus productos. El pilar de la calidad tiene a su vez un desafío que va más allá de alcanzarla, sino que requiere mantenerla a lo largo del tiempo ya que los mercados de exportación no pueden pensarse como una oportunidad de corto plazo. En este sentido, el trabajo conjunto de institutos y organizaciones relacionadas, las redes de laboratorios, la diseminación de materiales de referencia, las certificaciones y las capacidades de medición pasan a ser herramientas claves en busca de este objetivo. Pero esto es solo el piso para que las pymes puedan competir en un mercado abierto: se deberá sumar la productividad para lograr la ecuación que asegure que los negocios sean competitivos y rentables. Si bien varios sectores están acostumbrados a competir en mercados internacionales, como el caso de las commodities asociados a agroalimentos, energía, metalmecánica, entre otros, muchos sectores requerirán optimizar procesos, mejorar diseños o migrar a nuevos sistemas de producción automatizados para poder alcanzar los estándares de eficiencia internacional. |