En Manzano Amargo, al norte de Neuquén, parte de la cascada La Fragua se congeló luego de que un intenso temporal de lluvias, viento blanco y nieve azotó la localidad, de 800 habitantes, mientras en el centro oeste, ráfagas de hasta 100 km/h rompieron la Pasarela de Huarenchenque, a unos 30 km de Loncopué, y unas 150 familias que necesitan cruzarla quedaron sin poder hacerlo.

Fueron estas algunas de las consecuencias que deja el viento blanco y las fuertes nevadas en la conectividad vial. 

El fin de semana, inclusive, las heladas más fuertes habían descendido el mercurio hasta los 15 grados bajo cero, lo que causó un impacto en la cascada y también en otras zonas aledañas.

Esa bajada de agua en Manzano Amargo es otro ícono del turismo para los que visitan el norte neuquino.

Desde 2022, cuenta con un parador y espacio gastronómico para observar el paisaje, a partir de una iniciativa del Estado provincial que busca apalancar el turismo para los 800 habitantes y darles un medio alternativo de vida.

Verla cubierta de nieve y parcialmente congelada se transforma en una nueva experiencia para los visitantes.

El fotógrafo Sergio Muñoz también registró el salto del agua afectado por la nieve. 

La cascada La Fragua se había congelado por completo en 2017, cuando las temperaturas llegaron a niveles extremos, con una marca de 25 grados bajo cero.

Las fotos que capturó y compartió a través de la cuenta oficial de Turismo de la provincia de Neuquén muestran cómo la nieve pintó de blanco Los Bolillos, la formación rocosa que se puede ver sobre la costa del río Varvarco y que es una de las grandes atracciones para los turistas.

Pasarela endeble

El otro destrozo causado por el rigor climático fue el de la pasarela, sobre cuya precariedad se venían haciendo sin éxito reclamos administrativos y legislativos, ya que cumple un rol social esencial en la zona para más de un centenar de familias de la comunidad Mellao Morales, que viven en la margen izquierda del río Agrio.

foto y texto: NA