Tomás Etcheverry, una de las jóvenes promesas del tenis argentino, vivió una odisea fuera del país a sus 22 años.

El chico figura en el puesto 144 del ránking mundial que confecciona la ATP y este año ganó el torneo de Perugia (en la final se impuso al ucraniano Vitaly Sachko) y Trieste (venció a su compatriota Thiago Tirante).

Durante su gira por Europa sobrepasó el límite permitido y vivió una pesadilla.

Estuvo más de 24 horas en un calabozo en Alemania, fue deportado y al regresar al país dio positivo de coronavirus.

«Tuve que cruzar por Alemania. Era todo normal hasta que, en el aeropuerto, cuando me pidieron el pasaporte, me hicieron a un lado de la fila de pasajeros. Estaba solo. No sabía bien lo que pasaba.

Observé que hablaban entre las autoridades de migraciones hasta que se me acercaron dos integrantes de la Policía Militar.

Sinceramente no entendía nada entre el idioma y todo lo que ocurría a mi alrededor, tuve mucho miedo», contó Etcheverry en una entrevista con el diario El Día.

En ese momento, autoridades migratorias del aeropuerto le explicaron al deportista entrenado por Carlos Berlocq que había sobrepasado el límite de permanencia en Europa.

«Me dijeron que son 90 días en países que pertenecen a la Comunidad Económica Europea y que me tenían que deportar. En ese momento entré en pánico», rememoró.

Etcheverry fue esposado y trasladado a una comisaría ubicada en la ciudad de Köln, donde permaneció poco más de 24 horas en un calabozo.

Las autoridades de la ATP buscaron solucionar la situación y el pibe pudo comunicarse con sus familiares para comentarles lo acontecido.

«Cometí un error sin querer, ya que superé por 23 días el límite de estar ininterrumpidamente en el territorio de la Comunidad Económica Europea, que por la pandemia se redujo a solamente tres meses. Mi falla estuvo en que creí que al ir a jugar el US Open no se contabilizaba ese lapso del tiempo, pero no fue así, siguió corriendo en el conteo», explicó.

El platense venía disputando torneos en el Viejo Continente con asiduidad. A fines de abril comenzó su travesía disputando un torneo en Ostrava, República Checa. Luego pasó por Praga (República Checa), Heilbronn (Alemania), Biella (Italia), la qualy de Roland Garros (Francia), Lyon (Francia), Forli (Italia), la qualy de Wimbledon (Inglaterra), Perugia (Italia), Todi (Italia), Trieste (Italia) y Cordenons (Italia).

Tras caer contra el francés Enzo Couacaud en la primera ronda clasificatoria en el US Open, regresó a Europa para decir presente en Banja Luka.

«Me trataron bien, pero me sentí como un delincuente. Ni bien me dijeron que estaba en libertad tomé el primer avión para volver a la Argentina», añadió.

Sin embargo, su travesía no culminó allí.

Al llegar a Ezeiza, previa escalas por Estambul y Río de Janeiro, el tenista dio positivo de Covid-19.

Todo pasa y en una semana más, Etcheverry volverá a jugar.

–Por mostrar un cartel– .

Una espectadora mostró un cartel frente a una cámara de televisión, generó una masiva de ciclistas en el Tour de France 2021 y ahora pasa un mal momento.

La culpable se escapó de la escena inmediatamente, pero cuatro días después se presentó ante la Justicia.

El medio local Ouest-France informó que Solenn Briand declaró ante los jueces y ya se comienza a hablar de cuatro meses de prisión por el accidente que ocasionó.

«Realmente no fue voluntario. Me da vergüenza esta situación, me encanta el deporte, conozco todas las privaciones que esto implica en la vida de un deportista», explicó a las autoridades conmovida y acudiendo regularmente a las lágrimas.

Según la representante fiscal presente, la principal culpable «reconoció la peligrosidad de su comportamiento», «admitió espontáneamente los hechos» y «presentó su pesar» hacia los ciclistas lastimados.

Ella fue procesada por «poner en peligro a los demás y lesiones accidentales».

Respecto a la razón para plantarse en medio del camino con un cartel, reveló que «era una forma de hacerle un guiño» a su abuela que había perdido a su hermana dos días antes del accidente.

Para cerrar, argumentó la razón que la llevó a entregarse a la policía: «La culpa era enorme, era demasiado».

La sentencia final será revelada el próximo 9 de diciembre.

Su abogado Julien Bradmetz denunció un «circo mediático» en torno al asunto e insistió en que ya hubo una «sanción social» que dañó psicológicamente a su cliente.

«Cuatro meses suspendidos es siempre menos que el dolor que sienten los corredores cuando se caen en la calzada», reaccionó al finalizar el juicio Romuald Palao, el abogado de las partes civiles, la organización internacional Ciclistas Profesionales Asociados (CPA) y el Unión Nacional de Ciclistas Profesionales (UNCP).

«Esta señora hizo una pelota enorme que podría haber tenido consecuencias aún mayores, pero no es una terrorista», declaró por la mañana el director de la Grande Boucle, Christian Prudhomme, al margen de la presentación del curso del Tour 2022, dice Infobae.com .