Para alcanzar la meta comprometida con el FMI de tener un déficit fiscal no mayor al 2,5% del Producto Bruto, el Gobierno necesita lograr unos $370.000 millones entre suba de ingresos y poda de gastos, en el último cuatrimestre del año, según un informe privado.

Ese número representa un «esfuerzo fiscal» de casi 0,9% sobre el PIB, que para el 2022 rondaría los US$ 570.000 millones, unos $8 billones, a un tipo de cambio mayorista de $140.

El anticipo de ganancias le podría aportar al Tesoro Nacional recursos equivalentes a $100.000 millones (0,13% del PIB), la segmentación de tarifas bajaría el gasto en $139.500 millones (0,18%) y la reducción del gasto en Ministerio anunciada significarían $128.000 millones (0,17%).

En conjunto, las medidas anunciadas hasta ahora aportarían $367.500 millones, equivalentes a 0,47% del PIB, indica el reporte del instituto IARAF, elaborado por los economistas Nadin Argañaraz y María José Nieto.

«Esto significa que aún restaría un incremento en los ingresos, reducción de gastos o combinación de ambos por 0,41% del PIB», advirtieron.

De los $367.500 millones de recursos extras que el gobierno pretende obtener con las medidas anunciadas, un 73% está explicado por recortes del gasto, y un 27% por mayores ingresos derivados del anticipo posible de Ganancias.

Pero para que reciba estos ingresos de ganancias, los anticipos necesarios serían de $250.000 millones, ya que 60% es destinado a provincias por ser un impuesto coparticipable.

Sumando todo el esfuerzo, el monto extra de recursos es de $517.500 millones. Esto es lo que hace que, hasta ahora, se divida un 50% por mayores ingresos (anticipo) y un 50% por menores gastos.

«Seguramente el gobierno va a continuar tomando medidas orientadas a cumplir con la meta fiscal», consignó el reporte.

Advirtió que «un punto no menor es que cuando se firmó el acuerdo con el FMI, se estimó un déficit primario de $1,7 billones, en base a un PIB de $70,5 billones. Ahora, dado el aumento de la nominalidad de la economía, es posible que el PIB ronde los $80 billones, es decir que sea un 13% más alto que el considerado.

«Si los ingresos siguen al PIB, se genera un espacio fiscal para reducir el déficit, que implica aumentar el gasto por debajo de la mayor nominalidad de la economía. De este menor gasto real podría surgir un aporte extra de recursos», indicó el informe.

La diferencia entre ambos PIB es del orden de $235.000 millones, que es el monto sobre el que el gobierno puede obtener recursos adicionales para seguir avanzando en la búsqueda de un déficit primario del 2,5% del PIB en todo el 2022 y cumplir con el FMI.
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Qué pasó con las cuentas públicas hasta julio
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En los primeros siete meses del año se acumuló un gasto total de $8,99 billones y un gasto primario de $8,3 billones, lo que implica un incremento real del 8,6% y 8,7% respectivamente, respecto de igual período del 2021.

Algunos de los rubros que explican estos incrementos fueron las prestaciones sociales, que se incrementaron 7,7% real, impulsadas principalmente por las asignaciones familiares y otros programas (26,5% y 31,1% respectivamente), subsidios a la energía (24,8%) y gastos en salarios (10,5%), entre otros.

Por su parte, los ingresos totales exhibieron incrementos reales del 5,4% en lo que va del año, de modo que prácticamente se mantuvo el ratio ingresos-PIB, que alcanzó el 9,83%.

«Esos ingresos incluyen rentas por emisión primaria. Si se consideran solamente los ingresos tributarios, estos crecieron un 4,9% real en el período, siendo una excelente performance de la recaudación tributaria», sostuvo.

A julio se acumula un déficit primario de $757.921 millones, que al deducirle las emisiones primarias excedentes, resulta un monto de $876.628 millones, o 1,13% del PIB. El informe destacó que el déficit primario de julio fue la mitad del habitual.