Las tarjetas de crédito cobran las tasas más altas del mercado, de hasta 170% anual, y el promedio ronda 120%, según surge de estadísticas del Banco Central.

La tasa tope de las tarjetas bancarias se ubica así 25% por encima de los préstamos personales que otorgan las entidades financieras.

Una estadística del BCRA indica que hay poco más de 40 millones de tarjetas de crédito y, pese a las altas tasas, a mucha gente no le queda otra alternativa que financiarse con el denominado «dinero plástico».

La última información que difundió el INDEC sobre consumo en los supermercados registró que el 45,5% de los clientes financia sus compras de alimentos y vestimenta con tarjetas de crédito debido a la crisis de ingresos y la caída del poder adquisitivo.

Analistas económicos advierten que el peor negocio para el bolsillo es pagar sólo el mínimo y financiar el resto.

Las tasas al consumo fueron creciendo a la par de la de política monetaria, que es de casi 60%, pero como fue bajando el interés que se paga por la financiación con tarjetas puede haber disminuido alrededor de diez puntos, desde el último informe del Banco Central de junio.

A modo de ejemplo, una tasa efectiva anual de 120% hace que en un mes que se dejen pendientes, por ejemplo, $ 10.000, al siguiente se adeuden $ 10.679.

El pago mínimo incluye, además de los intereses, los costos administrativos, seguros y demás gastos asociados, lo que equivale a que pagando ese mínimo se reduce solo la deuda de intereses y no se reduce el capital.

Según los datos del Banco Central, las operaciones realizadas con tarjetas de crédito registraron un saldo de $ 401.514 millones en junio, lo que significa un aumento del 1,4% respecto del cierre del mes anterior, mientras el crecimiento interanual llegó al 19,2%.