De este a oeste, a lo ancho del norte de la Patagonia, la oscuridad ganó la escena en pleno mediodía este lunes a causa de un eclipse solar total, que también pudo ser visto en forma parcial en el resto de la Argentina y en países vecinos.

Cerca de las 13:00, la sombra provocada por la luna, que se antepuso entre la Tierra y el sol, avanzó por Chile e ingresó en una franja de 90 kilómetros desde la zona andina de Neuquén, atravesando Río Negro hasta la zona marítimo.

En distintos sitios, la gente se reunió en puntos de la franja para ver cómo en pleno mediodía de diciembre, durante dos minutos, la oscuridad se hacía casi total y aparecían las estrellas mientras quedaba oculto en disco solar.

En la ciudad de Buenos Aires, el fenómeno pudo verse en alrededor de un 73,6 por ciento alrededor de las 13:32, aunque no se oscureció el día sino que fue como si se pusiera un velo delante del sol.

También se observó el eclipse en menores porcentajes en otras parte del territorio argentino, como así también en Paraguay, Uruguay, Bolivia y Brasil.

En una franja de unos 90 kilómetros, situada al norte de la Patagonia de Argentina y Chile, el día se volvió de noche cuando por unos minutos la luna cubrió por completo al sol.

Si bien ese evento se desarrolló por dos minutos y diez segundos, las fases del eclipse apreciables se prolongaron por unas tres horas.

La franja donde el eclipse fue total abarcó las localidades cordilleranas de Junín de Los Andes, Malleo, Pilolil, Aluminé, Estancia San Ignacio, Las Coloradas, Sañico, Estancia La Negra, Zaina Yegua, Piedra del Águila y Bajada Colorada en la provincia de Neuquén.

También incluyó El Cuy, Sierra Colorada, Ramos Mexia y Valcheta, en la línea sur de la provincia de Río Negro, y en la costa atlántica de la misma provincia: en San Antonio, y los balnearios Las Grutas y El Cóndor.

Especialistas habían advertido que el eclipse no se debía mirar en forma directa el Sol, ya que esa acción, sin protección especial, provoca graves daños oculares.

El eclipse se produce gracias a una apasionante coincidencia cósmica, ya que el sol es unas 400 veces más grande que la luna, pero se encuentra también a unas 400 veces más lejos de la Tierra que el satélite.

De esa manera, la luna llega a cubrir con lo justo el disco solar al anteponerse entre el astro rey y la Tierra.