Tras algunas dudas que habían dejado las idas y vueltas, el presidente Alberto Fernández confirmó hoy que fue su decisión que la petrolera YPF no aplicara el incremento del 5% en los combustibles.
El ajuste iba a regir desde este lunes y había trascendido en las primeras horas del domingo.
«Paramos el aumento», dijo Fernández al ingresar a la Casa Rosada cuando lo consultaron sobre la orden dada al titular de YPF, Guillermo Nielsen, para que no aumentase el precio de las naftas.
Cuando los periodistas acreditados en Casa de Gobierno le pidieron una ampliación, el jefe de Estado apuntó: «Lo que ya saben».
El domingo, YPF había dejado trascender que aplicaría un aumento en el precio de los combustibles líquidos desde el primer minuto del lunes, medida que sería replicada en los días siguientes por el resto de las petroleras.
Sin embargo, a última hora la empresa estatal dio marcha atrás con la suba, que hubiera sido la primera durante la gestión de Fernández.
El jefe de Estado le pidió al titular de YPF, Guillermo Nielsen, dejar sin efecto un aumento del 5% previsto en los precios de los combustibles, con el objetivo de evitar que se recaliente la inflación.
La medida, que había sido comunicada a las principales estaciones de servicio de la red, iba a tener un efecto cascada sobre toda la cadena de abastecimiento, ya que YPF controla casi el 60% del mercado.
Fernández le trasmitió al titular de YPF la «inconveniencia» de avanzar con ese ajuste, en un momento en que el Gobierno está tratando de desacelerar el ritmo de la inflación.
Fuentes de la petrolera Axion aclararon que si YPF no remarca, ellos tampoco lo harán, y el mismo camino seguirá Shell.
Nielsen había planteado la necesidad de «recomponer» los precios, ya que para el sector petrolero existe un retraso del 15% para equilibrar los niveles de facturación con los costos.
El economista está terminando de definir el plan para atraer capitales al yacimiento no convencional de Vaca Muerta, y para ello necesita tentar a los inversores con determinados márgenes de rentabilidad.
Nielsen consideraba que los precios venían desactualizados y que era necesario un incremento para garantizar la rentabilidad de las petroleras.
Incluso, según fuentes de los estacioneros, en algún momento hasta insinuó la necesidad de ajustar 10% los valores en surtidores.
A lo largo de 2019, la nafta aumentó en nueve oportunidades, hasta acumular un salto del 41%, 14 puntos por debajo de la inflación.
La de este lunes iba a ser la décima suba -primera durante el gobierno de Fernández- y llevaría a 46% el alza acumulada global, pero por ahora no prosperó.
El primero de diciembre último, a pocos días de que asumiera Fernández, se produjo el último incremento, luego de publicarse una actualización del impuesto a los combustibles, que sumado al alza de los biocombustibles desembocó en nuevos aumentos en los surtidores que rondaron el 5% y 6%.
De haber prosperado la suba de YPF, el precio de un litro de nafta súper habría llegado a casi $ 56, mientras que la premium rondaría los $ 64.
Nielsen había cuestionado la decisión de Mauricio Macri de congelar el precio del petróleo desde la explotación hasta el despacho en las estaciones de servicio, tras caer derrotado en las PASO.
En YPF estiman que persiste un retraso en los precios que ronda el 15%, según pudo saber la agencia NA.
Los precios de los combustibles se dispararon en la Argentina a pesar de que el barril de petróleo subió apenas 15% en todo 2019.
El principal componente de la suba en el país fue la fuerte devaluación, que llevó al dólar de $ 38,85 a fines de 2018, a $63 en la actualidad, explican desde las petroleras.
Así, el dólar se apreció 62% mientras la Argentina afrontaba un fuerte proceso de endeudamiento por el cierre de los mercados internacionales a partir de la segunda mitad de 2018.